Las hago a mano, con amor:
Cada pieza que sale del taller es única. Las moldeo con técnicas ancestrales como el torno alfarero y las decoró con detalles pintados a mano, como mis icónicos corazoncitos. No te llevas solo un producto, te llevas una parte de mi esencia.
Creo piezas que no solo son bonitas, sino que también tienen un mensaje. Quiero que cada vez que uses una de mis cerámicas, recuerdes que el amor propio y el placer son actos revolucionarios. Cada curva, cada textura, está pensada para que te sientas conectada contigo misma.
Cuando eliges mis cerámicas, apoyas a una mujer que cree en el feminismo, la diversidad y la libertad. Mis piezas son un tributo a nuestra fuerza interior y a la importancia de cuidarnos unas a otras.
Trabajo con materiales duraderos y procesos respetuosos con el medio ambiente. Mis cerámicas no están hechas para usarse y tirarse; están hechas para conservarse, amarse y cuidarse.